sábado, 4 de junio de 2011

Hijos de sol



 Hijos de sol en la piel a la hora del  café, una gota de miel  en el mantel  y de fondo  
un clásico de Héctor lavoe. Yo sonreía a tus hijos de sol, 
vos le hacías muecas a la florcilla de mi cabello… 
todo  fluía como tronco río abajo, hasta que dijiste vuelvo  a Alemania mañana… En  ese instante 
el  tren  de la impotencia  cuesta abajo y en lugar de la mínima esperanza  que lo detuviera, 
de  uno de sus vagones saltó una melancolía qué resecaba mis sístoles y mis diástoles.
  Esta semilla de una aventura a la hora del café germinó a punta de susurros en tus hijos de sol… 
pronto  pasó a ser la semilla del  adiós sembrada  entre pecho  y espalda, abonada con  la realidad 
de un avión que sale mañana. ¡Ojalá mañana no  seamos extraños! (Pensé por dentro.)
Al otro  día  los abrazos más tristes que jamás haya experimentado 
cualquier viajero cuando  el  reloj marca la hora de volver a casa;
 ¿y  como  no  iban a ser tristes?, sí en  tres días 
no quedó nada de qué hablar, nada qué besar, ni  de qué reír, 
¡nos dimos y nos enseñamos todo! 
entre eso la realidad de un  charco de agua   
que nos separa, la aventura del mejor abril  de todos qué se cerraba  en el momento 
qué con la derecha yo  decía adiós a tu  avión  y con  la izquierda escribía esta aventura de abril 
en uno de los jardines de este banco de adioses y hasta siempres mal llamado aeropuerto.

domingo, 15 de mayo de 2011

La tertulia y el candelabro de don Luis

Papá no me contés más historias de piratas al oído, mejor contáme como eran tus juguetes, 
¿cuál era tu favorito? contáme como eran tu trompo y tus canicas...
Contáme ¿como eran esos potreros donde ahora están los residenciales?,  
contáme como fue cuando aprendiste a andar en bicicleta, o a volar un papalote.
 contáme también ¿por qué te dicen  el rey  de las anonas?
o contáme como era Henry; el caballo que comía gallo pinto.
O mejor contáme ¿cómo fue cuando conociste el mar?
contáme también del río que vos pescabas con tus amigos y yo ahora voy a juntar basura.
Contáme… y te juro que yo arreglo el candelabro de Don Luis. 

martes, 26 de abril de 2011

Tal vez hoy.

Tal vez hoy deje de ser tan peligroso estar vivo.
tal vez hoy sea la sétima vez que vea a papá  besar a mamá.
¡Hoy! tal vez hoy, al tiempo  no le quepan todas las cosas en la maleta y nos deje algo
tal vez hoy legalicen la marihuana,
tal vez hoy papá deje de ser un autobusero  frustrado.
tal vez hoy me salga barba,
tal vez hoy el chofer del bus me diga que si cabe el mar y podré llevarlo  a casa 
tal vez hoy  se le baje a petra la calentura...
tal vez hoy haga las paces con la luna 
tal vez hoy lluevan  puntos y comas 
talvez hoy aparezca mi primer cuadernillo de poesía barata,
tal vez hoy logre subirme en un papalote y pasar por vos a la hora del ocaso 
tal vez hoy aparezcan los papeles de los confites de Figueres
tal vez hoy el parkinson deje qué mi abuela me haga fresco de limón y plátanos maduros, 
tal vez hoy logre compartir cuarto  con una cabra
tal vez hoy…. Tal vez no. 

domingo, 3 de abril de 2011

Noches de Enero

Noches de Enero
Noches de enero, sábado  en casa…
La zurda tomó el lapicero,
la boca un trago  de vino
 la luna tocaba guitarra para mí
las estrellas danzaban  para ti.
Logré un acuerdo  con el papel y la tinta..
La gota sonó,
tu mensaje llegó.
La gata pasó,
los paracatines  dejaron de bailar…
vos dijiste:  ¿entorno?
Yo dije: noches de enero.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Cohetes Cósmicos




Regalé una mirada dulce al hada de las golosinas,
a manera de agradecimiento  me regaló 
tres días y dos noches en cualquier lugar del sistema solar;
yo escogí la luna vos escogiste el sol
Viajábamos en cohetes cósmicos 
de colores tornasol. 
A eso de la una llegamos a la luna 
mientras yo  tocaba el pito  de la nave
vos exclamabas qué era inaudito y suave.
Entre tanto  yo  comprobaba por la ventana 
la vieja teoría qué cuándo estaba pequeño
 era sueño y obsesión;
" la luna es de queso" y no,
no  estoy loco ni me he fumado un leño
absolutamente todo  el  entorno  era de queso 
y alrededor nuestro volaban fluían 
unas tortillas gigantes, yo...
Yo me subí en una mientras vos 
arrancabas queso  del suelo 
como quien junta puños 
de tierra allá en la tierra y se los come.
Yo me fuí  alejando  de vos mientras la tortilla y yo
fluíamos despreocupados y enemigos del tiempo por toda la luna, 
vos te quedaste comiendo queso fue lo último  
que supe de vos 
hasta qué nos encontramos en aquel  armonioso parque, 
sentados en aquella vieja hamaca amarrada 
al palo 'e mango aquél
donde años atrás soñábamos con ir a la luna juntos...
 qué tarde  y qué reencuentro,
 yo con los cabellos y las barbas por los tobillos del viaje, 
 vos toda una experta en materia de queso.








(Dibujo por Verónica Martinez para la muñeca chocha)